¿Cómo la innovación puede ser la ruina de los expertos?
En 1975, un joven ingeniero de Kodak, Steve Sasson, creó el primer prototipo de una cámara digital.
Cuando presentó su invención a los ejecutivos de Kodak, la respuesta fue desconcertante: «Está muy bien, pero que no salga de aquí.»
La ironía es devastadora: la empresa que inventó la fotografía digital fue destruida por la fotografía digital.
¿Cómo pudo pasar esto?
Kodak estaba llena de los mejores expertos en fotografía del mundo.
Tenían el talento, la tecnología y los recursos.
Y ahí precisamente estaba el problema.
La Paradoja de la Experiencia
Esta es la trampa del especialista: cuanto más profundo es nuestro conocimiento en un campo, más difícil nos resulta ver más allá de sus límites establecidos.
Los expertos de Kodak eran brillantes en fotografía química. Tan brillantes que no pudieron concebir un mundo donde la química no fuera el centro de la fotografía.
Su experiencia se convirtió en su punto ciego.
Nokia enfrentó la misma trampa.
Sus ingenieros eran los mejores del mundo en hardware de teléfonos móviles.
Cuando Apple lanzó el iPhone, lo desestimaron porque sus especificaciones técnicas eran inferiores.
Lo que no vieron fue que el iPhone no era un teléfono; era una plataforma de software que por casualidad hacía llamadas.
Blockbuster tenía expertos en distribución física de películas.
Netflix era un grupo de programadores que apenas sabían algo sobre el negocio del vídeo.
La historia se repite una y otra vez: los outsiders revolucionan industrias mientras los expertos establecidos se aferran a sus modelos mentales.

El Dilema del Innovador
La innovación proviene de las restricciones.
Marissa Mayer